Ante el malestar actual en la civilización, ante la guerra y la muerte que ésta programa me pregunto si lo femenino puede contribuir con su eros a no ir hacia lo peor.
El mundo del poder, del capital, del saber generalizado es un mundo todo fálico, donde se atrinchera el narcisismo y se suprime, se barre lo que no entra en ese todo.
Eso que queda fuera, siempre es “lo Otro”, lo odiado, lo que puede cuestionar el abuso de poder.
En ese lugar se pone lo femenino. Pero las mujeres han tejido vínculos sociales desde este lugar relacionados con el amor, los cuidados, la supervivencia que tendrán un enorme potencial en la transformación social próxima.